El Buen Fin..al

**Publicado originalmente el 19 de noviembre de 2012

Llegó el momento más esperado por la sociedad que está ansiosa por hacer compras navideñas, renovar muebles o electrodomésticos en sus casas, inversionistas que buscan abrir negocios y requieren hacer compras, en fin, el Buen Fin ha llegado y parece que está para quedarse por muchos años más.

La propuesta del Buen Fin nace de un sistema mercadotécnico estadounidense que es conocido como el Black Friday. En el fin de semana del Thanksgiving o Día de Acción de Gracias, todos los comercios en EUA bajan increíblemente sus precios con la intención de vaciar los almacenes y ofrecer al público muy buenas ofertas en productos de todo tipo. Esto les permite a los comerciantes recibir efectivo y prepararse para el inicio del ciclo navideño.

He escuchado cientos de veces acerca de las ofertas que se pueden encontrar en el Black Friday, desde computadoras portátiles de 100 dólares, hasta ropa de marca que normalmente costaría un par de miles de dólares con descuentos de 75%. En EUA este día es muy importante para la economía, incluso es tema de los noticieros nacionales, ya que en ocasiones es tanta la emoción de comprar que ha habido muertos ocasionados por los tumultos de gente que acuden desesperadas a conseguir algún artículo de moda.

El Buen Fin es un sistema similar, donde la idea es precisamente que todos los comercios bajen sus precios para que el consumidor tenga un beneficio, y además puedan hacer su rotación de inventarios de manera programada. Pero la realidad es otra, en México todavía no se ha creado esa cultura. Para el empresario es más importante la utilidad a corto plazo que los beneficios adicionales que pueda recibir por este programa. Durante este fin de semana hemos podido ver las diferentes promociones que se publican, y analizando la mayoría, no contienen descuentos tan importantes, incluso algunas publicaciones no tienen descuento solo financiamiento, y en otras ocasiones incluso los precios de los artículos son mayores.

El jueves por la noche recibí la llamada de un amigo que necesitaba comprar unos artículos electrónicos para un negocio que está instalando. Me dijo que si lo podía acompañar a SAMS, donde según un correo electrónico que verifiqué en mi teléfono celular abrirían a la media noche del jueves-viernes, para que la gente pudiera disfrutar de las ofertas desde el primer minuto del Buen Fin. Mi amigo había ido unos días antes a la misma tienda a ver los precios de los artículos que le interesaban, y suponía que en el Buen Fin los precios serían menores de manera substancial.

La primera sorpresa que nos llevamos al arribar a la tienda a la hora mencionada, fue que el horario de apertura no fue respetado, la tienda no estaba abierta. Nos acercamos a preguntarle a un vigilante y nos comentó que la publicidad estaba equivocada, que esa tienda abría a las 6 de la mañana y que la que abriría a media noche era Wal-Mart. Con cierto disgusto, no solo nuestro, sino de varias decenas de automóviles que arribaban al lugar, nos dirigimos a la otra tienda para proceder con las compras. Al llegar, pudimos observar que había mucha gente comprando a altas horas de la noche. El artículo más vendido eran definitivamente las televisiones y las computadoras.

Accedimos con dificultad a la tienda, que tenía filas de gente en todas las cajas para hacer sus compras. Verificamos los precios de los artículos que necesitaba mi amigo y con desilusión vimos que los descuentos no eran nada alentadores, salvo un modelo o dos. Lo impresionante de esto es que cientos de personas, atraídas por la publicidad del Buen Fin compraban artículos desesperadamente, sin saber que los descuentos que les estaban presentando no eran tan importantes y que en otro día cualquiera podían encontrar mejores precios.

La publicidad le gana al criterio de la gente. Este tipo de programas deben de cumplir con lo que ofrecen. La falta de investigación de productos y precios, hace que la gente compre con publicidad que no necesariamente presenta la realidad completa. El saldo final del Buen Fin, es gente comprando artículos con descuentos mínimos o sin ningún descuento, pasando las tarjetas con la promesa de meses sin intereses, y endeudándose por largos periodos de tiempo por artículos que no son de primera necesidad.

Ojalá que para el próximo año, los comerciantes que participen de este Buen Fin sean más conscientes, que hagan ofertas realmente interesantes y que no busquen la manera de optimizar sus ganancias en el corto plazo, ya que de continuar así, créanme, la gente se va a dar cuenta, y el Buen Fin va a desaparecer. Por lo pronto, quienes tienen los medios suficientes, continuarán dejando su dinero del otro lado de la frontera.

Por: Enrique Escamilla / @escamilla2000

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