Deja que tus gerentes se equivoquen

Por: Enrique Escamilla Cantú

Hola empresario. Como dueño de negocio tienes que ser experto en armar equipos de trabajo que te ayuden a lograr las metas. Este equipo deberá ser conformado por líderes que tengan las habilidades necesarias para impulsar tu negocio. Hoy te voy a enseñar un secreto que te permitirá potenciar a tu equipo en el camino del éxito empresarial.

La primera vez que escuché esto me quedé en shock, y con razón. Simplemente va en contra de todo lo que había aprendido los primeros 30 años de mi vida. En la escuela y en mi casa, todo estaba orientado a acertar; a no equivocarse. Y las consecuencias de fallar eran claras. Serías llamado cualquier derivado de la palabra «tonto», serías castigado, o te entregarían un papel que con grandes letras rojas que diría REPROBADO.

Naturalmente, esto condiciona a la mayoría de las personas a no fallar. Y está bien, siempre y cuando no quieras ser empresario o un gerente de alto rendimiento. Me refiero a empresarios verdaderamente exitosos, no mediocres que se quedan frustrados con su negocio toda la vida y que incluso pasan sus frustraciones a las siguientes generaciones.

Un día fuimos mi esposa y yo a ver a Robert Kiyosaki en la Ciudad de México. Las palabras que más recuerdo de la plática que tuvimos con él fueron «fracasa más». ¿Cómo, escuche bien? Sí. Fracasa más. El camino del éxito está lleno de aprendizajes y los fracasos aceleran el aprendizaje. Falla hasta lograrlo.

Este fue un concepto interesante para mí, y claro, como lo establezco en mi fórmula del éxito, era hora de pasar a la acción. Entendí el mensaje y empecé a fallar más. Este camino aceleró rápidamente mis resultados. Pero había algo que no terminaba de cuadrar en esta fórmula. Mientras yo trataba de construir un equipo poderoso que me acompañara en la aventura empresarial, me daba cuenta que los gerentes cometían errores, y que estos errores costaban mucho dinero a la compañía.

Así que como líder de la organización empecé a ayudarles para que no fallaran tanto o dejaran de fallar. Sin embargo el que fallé fui yo. Quería impulsarlos a que «sacaran 100» en sus resultados, pero algunos «sacaban» 50, otros 70, y otros 80. Lo que yo veía era que cada que no tenían resultado perfecto, el dinero se desaparecía de la empresa.

Entonces un día en una capacitación empresarial, uno de los mentores comentó «déjalos que se equivoquen y aprendan, es el camino más fácil» En ese momento no lo podía creer. Había estado operando por años de la forma equivocada. Era como un papá que cuando ve que el hijo va a acercarse a la lumbre le grita «¡¡No, cuidado, no lo hagas, te vas a quemar!!» Claro que aún con la advertencia el gerente hacía lo que no debía de hacer y se quemaba. Lo que venía después era un «regaño».

Los meses siguientes estuve trabajando con esta información. Sabía que en esa mezcla de ideas estaba la respuesta. Y entonces entendí todo. Había de dejarlos equivocarse. Me puse a pensar en mi primer negocio «formal» que tuve a los 18 años. ¿Quién me enseño? Nadie. ¿Quién estaba ahí para advertirme? Nadie. ¿Quién me regañaba si las cosas salían mal? Nadie. ¿Quién tenía completa responsabilidad de lo que pasaba? Yo. ¿Quién aprendía con cada fracaso? Yo. ¿Quién salió fortalecido como un mejor empresario después de haber pasado por ese primer emprendimiento? Yo. ¿Quién había dado un paso gigante en el camino del éxito? Yo.

Pero, ¿qué tanto debemos dejarlos, qué pasa si cometen un error demasiado grave que acabe con las utilidades de varios meses o hasta con el negocio? La respuesta es contundente: dejarlos, si quiebran el negocio, que lo quiebren. Posiblemente, no entiendas esto a la primera, seguramente estás pensado ¿cómo vamos a dejar en manos de alguien más el futuro del negocio?

Así funciona el mundo del empresario. Hay completa responsabilidad del resultado. Hay total control sobre las decisiones que se toman para poder llegar a las metas. Si el empresario no sabe algo, es el único responsable de encontrar la información. Cuando hay problemas, es el único que le «entra al toro».

20201211_180041_0000.png

Al aplicar esta filosofía en los gerentes y líderes de tu organización, les estás abriendo la puerta a un mundo nuevo, donde hay responsabilidad total y donde se requiere que el gerente tenga la habilidad y la creatividad necesaria para poder obtener resultados.

Es por eso que debes aplaudir cuando un gerente se equivoca, y asegurar que de cada error aprenda y se fortalezca como persona, como profesionista y posiblemente como tu futuro socio.

Ahora conoces la importancia de permitir que tus gerentes se equivoquen. Acompáñalos con mentoría y coaching, pero hazlos responsables al 100% de lo que pasa con su trabajo. Recuerda que el objetivo de todo esto es que sean verdaderos líderes, y los verdaderos líderes construyen su propio camino al éxito. Reflexiona estas palabras y si no comprendes, no te preocupes, la primera vez que leí sobre esto también me quedé con dudas. Comenta tus preguntas en este artículo y con gusto te respondo para que puedas lograr más de lo que has soñado.

La información que acabas de leer hoy te ha inundado de aprendizaje. De ti depende poner en práctica el conocimiento.

Déjame tus comentarios.

Enrique Escamilla Cantú es un profesional de los negocios con más de 20 años de experiencia en negocios internacionales, articulista, escritor de libros, conferencista y mentor empresarial. Su misión es impulsar a 100,000 empresarios a lograr más de lo que han soñado. Si quieres saber más entra a Facebook, Instagram o tu red social favorita y busca Enrique Escamilla Cantú y/o domiina group.

Suscríbete al blog para aprender más sobre cómo hacer crecer tu empresa. 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: